En un capítulo de libro recientemente publicado sobre ecosistemas acuáticos patagónicos, investigadores del CIEMEP realizaron una síntesis de distintos proyectos desarrollados en relación al uso de la tierra y sus efectos adversos sobre ríos y humedales en la región.
En la región patagónica existen numerosos ecosistemas acuáticos que sostienen múltiples actividades económicas. Sin bien la región exhibe una baja densidad poblacional y una economía mayormente sostenida en base a la agricultura y a la ganadería hay fuerte evidencia de que la integridad ecológica de los sistemas acuáticos incluyendo los humedales está siendo deteriorada. Se han detectado entre otras actividades desarrolladas: la conversión de bosques para desarrollo pastoril, la actividad forestal maderera, las plantaciones de pináceas, actividades mineras, y en menor magnitud la urbanización y el desarrollo industrial. Las represas y los reservorios artificiales para riego, provisión de agua y generación de energía hidroeléctrica afectan varios cursos de agua y también se proyecta la construcción de este tipo de infraestructura para años venideros.
En diferentes proyectos de investigación hemos estudiado los estresores antropogénicos que resultan de estas actividades los que afectan tanto a los factores ambientales como a las comunidades biológicas que habitan y dependen de los ambientes. Los cambios e impactos producidos en última instancia tienen efectos negativos en el estatus ecológico de los sistemas de agua dulce patagónicos.
"Los ecosistemas acuáticos son altamente interactivos con los usos de la tierra en las cuencas, y hemos identificado que la integridad de los corredores ribereños juega un rol muy significativo en el funcionamiento de arroyos y ríos de montaña y de piedemonte. Existen diferentes herramientas específicas y adecuadas para medir la calidad del ecosistema de ribera y la calidad del agua", comenta María Laura Miserendino una de las autoras de este capítulo.
Entre los mayores impactos identificados la polución orgánica, los problemas de eutrofización, los síntomas de sedimentación, la llegada de especies exóticas, fueron importantes. Esto se traduciría en interferencias en las redes tróficas y modificación en las interacciones de sus componentes. Por otra parte estos estresores tienen profundos efectos sobre el perifiton, las macrófitas y los macroinvertebrados acuáticos. A través del tiempo hemos puesto a punto diferentes biomarcadores y bioindicadores que se perfilan como muy prometedores, como herramientas a utilizar en el monitoreo de los ambientes acuáticos. También pueden funcionar para alertar tempranamente sobre los efectos de los disturbios antropogénicos.